Más acerca del decreto de Eugenio IV para los Armenios y el sacramento del Orden

(conclusión)

Resumen

El decreto de Eugenio IV para los armenios, en su parte sacramental, no constituye una declaración doctrinal oficial, sino una instrucción doctrinal práctica destinada a guiar a los armenios en su conformidad con la Iglesia Romana. Se argumenta que el Papa no pretendió definir la materia y forma esenciales de los sacramentos, sino ofrecer una norma directiva basada en la enseñanza común de los teólogos de la época, especialmente en el opúsculo de Santo Tomás. Las razones extrínsecas e intrínsecas al decreto, como la falta de precisión escolástica y la ausencia de consenso teológico posterior, refuerzan esta interpretación. Además, se destaca que el Concilio de Trento no reconoció este decreto como una declaración doctrinal, lo que confirma su carácter práctico y no infalible. La única solución coherente es considerar el decreto como una guía pastoral, sin implicaciones dogmáticas definitivas.