Migraciones | nº 56 [2022] [ISSN 2341-0833]
Fondos de conocimiento familiar e intervención educativa
M. A. Santos Rego, M. Lorenzo Moledo y G. Míguez Salina
2022. Narcea.
140 páginas.
ISBN: 9788427728820
Luis Espino-Díaz
Universidad de Córdoba

Fondos de conocimiento familiar e intervención educativa es una obra colaborativa publicada en la Editorial Narcea y compuesta por cuatro capítulos en la que se presenta una reflexión teórica y práctica sobre la aplicación de los fondos de conocimiento bajo un enfoque etnográfico y en colaboración con la antropología de la educación, centrado en comunidades en situación de vulnerabilidad.

El análisis presentado en este volumen por el profesor Santos Rego y las profesoras Lorenzo Moledo y Míguez Salina, de la Universidad de Santiago de Compostela, ponen de manifiesto la importancia de conectar el aprendizaje procedente de la instrucción curricular con aquel resultante del bagaje cultural en comunidades en riesgo de exclusión social. En este sentido, los autores indican la importancia de que las familias sepan identificar qué fondos de conocimiento pueden ser beneficiosos para alcanzar el éxito en el ámbito escolar. Todo ello, desde la reciprocidad entre ambos contextos.

Los autores nos presentan un trabajo centrado en las implicaciones de las relaciones sociales en la construcción del conocimiento. El punto de partida es el estudio de los entornos familiares y comunitarios de estudiantes en situación de vulnerabilidad, con el objetivo de incorporar los elementos valiosos que en ellos se hallan para la extrapolación de mejoras en los propios estudiantes, en las familias y en el desarrollo profesional docente.

En los entornos sociofamiliares más desfavorecidos, las condiciones de vida y las experiencias vitales tienen su efecto en el proceso formativo de cada persona, a la vez que se va conformando su ecosistema relacional. Esta interacción social ejerce un rol esencial en la construcción del conocimiento. En este sentido, los autores describen la importancia de que los docentes se adentren en los entornos familiares y comunitarios de los estudiantes y de que trasladen el conocimiento adquirido al ámbito de la intervención educativa.

Estamos ante una obra en la que se trata de presentar, desde un enfoque etnográfico, los vínculos entre los fondos de conocimiento pertenecientes a comunidades desatendidas y la validez de estos en la expansión de lo que denomina la autora del prólogo, la profesora Norma González de la Universidad de Arizona, ecologías de aprendizaje. La obra consta de cuatro capítulos en los que los autores llevan a cabo un magistral recorrido por los elementos fundamentales que giran en torno al eje central del estudio, como son los fondos de conocimiento. En el capítulo primero se desarrolla una conceptualización teórico-histórica de los fondos de conocimiento en el ámbito de lo socioeducativo. Como punto de partida, se destaca el origen del término “fondos de conocimiento”, empleado en los años 60 desde un enfoque antropológico, para referirse al bagaje de conocimiento adquirido en entornos de campesinos con objeto de manejar la economía familiar. El capítulo también destaca la función catalizadora y de mediación del profesorado entre la escuela y la familia, facilitando la incorporación de los fondos de conocimiento al ámbito escolar y, en consecuencia, contextualizando las actividades educativas desde la innovación.

En el segundo capítulo, los autores exponen el compromiso y la responsabilidad de las familias en la educación, dado el reconocimiento de su capacidad socializadora y, por tanto, el capital social y cultural que pueden generar de cara a una exitosa adecuación al tejido y a la ética social. En este sentido, se pone de manifiesto la necesidad de una mediación necesaria entre la institución escolar y la familia. Para ello, se presenta como punto central la “contextualización” o “enseñanza de contexto” como vínculo entre los conocimientos nuevos procedentes del ámbito de la instrucción escolar y los conocimientos y experiencias previos de los aprendizajes. Para que esto pueda ser una realidad, los autores aportan un tipo de organización en el aula bajo una modalidad más cercana a la experiencia del alumnado. Otro de los aspectos que se destaca en este capítulo es el rendimiento académico. Sobre ello, los autores prestan atención a la relevancia multifactorial que incide en esta dimensión de los procesos de enseñanza-aprendizaje (por ejemplo, el nivel socioeconómico, la gestión de los programas de estudio o la metodología desarrollada). Bajo esta línea argumental, el análisis realizado aborda una perspectiva más sociológica, bajo la que aspectos como las características sociales, económicas y los contextos culturales a los que pertenecen los estudiantes pueden ejercer de mediadores del rendimiento académico.

El tercer capítulo toma en consideración los fondos de conocimiento bajo una perspectiva de equidad y de justicia social. Bajo este prisma, los autores ponen de manifiesto el valor de la experiencia social en los procesos de enseñanza-aprendizaje, sobre todo en aquellos ligados a comunidades desfavorecidas. Asimismo, este enfoque se sitúa en el ámbito de la interculturalidad crítica, canalizando la comprensión de la multidimensionalidad de la sociedad y, a su vez, la complejidad de los contextos socioeducativos. A lo largo del capítulo se recogen las experiencias más destacables desde la ampliación de perspectiva en los fondos de conocimiento analizando diferentes países y contextos socioculturales. El capítulo también aborda la aproximación de los fondos en el acceso a la universidad de estudiantes infrarrepresentados que fracasan en su rendimiento académico. En este sentido, los autores destacan la ayuda que los fondos de conocimiento pueden significar para el profesorado universitario, en tanto que esta perspectiva aporta indicadores de conocimiento sobre los antecedentes y las condiciones de vida.

La obra finaliza con un último capítulo dedicado a la acción educativa con una propuesta de intervención bajo la denominación “Programa Fondos-Conocimiento-Familias”, siguiendo un enfoque etnográfico combinado con la investigación participativa, y dando lugar a la descripción de un trabajo sistémico con el objetivo de conocer los elementos culturales de la población gitana susceptibles de convertirse en fondos de conocimiento. Del trabajo realizado se han podido extraer formas narrativas que, en palabras de los autores, son de una gran empleabilidad para abrir rutas educativas asociadas a dilemas que contienen un gran potencial educativo. Todo ello con el propósito de conseguir una mayor implicación de las familias en la educación de sus hijos e hijas.

En definitiva, se trata de una obra de referencia, tanto teórica como práctica, sobre cómo abordar la implicación educativa de las familias de comunidades desfavorecidas, partiendo desde sus experiencias socioculturales, con la finalidad de obtener un mayor éxito educativo bajo un paradigma basado en la diversidad, la inclusión y la justicia social. Sin duda, nos encontramos ante un texto guía, no solo para docentes, sino también para las propias familias.