Migraciones | nº 58 [2023] [ISSN 2341-0833]
Migraciones y mujeres: memorias, experiencias y trayectorias en la Argentina (siglo XIX-XX)
Nadia De Cristóforis (dir.)
2022. Teseo.
300 páginas.
ISBN: 9789877233513
Ángel Leonardo Maggio
Universidad de Buenos Aires

Las primeras teorías migratorios tenían como actores principales a los varones, quienes migraban para mejorar su situación económica. Bajo esta perspectiva la mujer cobraba relevancia —desde un segundo plano— en el proceso de reunificación familiar o el envío de remesas. La no inclusión de la mujer como categoría analítica se debió a la mirada androcéntrica que atravesaba la mayoría de estas investigaciones. Sin embargo, hacia fines del siglo pasado el cambio de perspectiva sobre las mujeres en los estudios migratorios fue cobrando mayor trascendencia. A su vez, el aumento de las producciones teóricas sobre género y migraciones de las últimas décadas se debe la relevancia que han ido adquiriendo los estudios de género en la academia y de los cambios que atraviesa la sociedad.

En este sentido, el libro Migraciones y mujeres: memorias, experiencias y trayectorias en la Argentina (siglo XIX-XX), publicado en 2022 bajo la dirección de Nadia De Cristóforis, es una importante contribución al estudio de las mujeres como protagonistas de las migraciones. Esta obra tiene como objetivo revalorizar el rol de las mujeres migrantes como sujetos activos del proceso —desde una perspectiva histórica— a partir de diversos enfoques metodológicos y temáticos. Los estudios de caso seleccionados por las autoras de este libro permiten dimensionar la multiplicidad de roles desempeñados por las mujeres e identificar determinados aspectos de las sociedades de origen y de acogida.

En la presentación, Nadia De Cristóforis realiza una breve descripción del tratamiento que han tenido las mujeres en los estudios migratorios y de los importantes cambios que se han evidenciado en los últimos años. La autora sostiene que las investigaciones recientes en este campo de estudio han permitido comprobar que las mujeres trascendieron los roles sociales establecidos en cada período histórico durante la experiencia migratoria (p. 12).

Los primeros dos artículos examinan diversos casos de mujeres migrantes en la Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX. Alicia Gil Lázaro estudia una estrategia desarrollada por las mujeres españolas para solucionar algunas situaciones problemáticas, propias de la migración. La autora analiza distintas cartas dirigidas a la Legación de España en Buenos Aires. En este corpus Gil Lázaro identifica algunas estrategias narrativas plasmadas en las fuentes, como la apelación a terceras personas para la redacción de las cartas o el asesoramiento legal. Entre los casos más destacados, se evidencia la utilización de este recurso para reclamar por la búsqueda de paradero, la petición de intervención a las autoridades correspondientes, la utilización del recurso legal de la apelación o el pedido de socorro pecuniario. Esto le permite a la autora destacar el rol desempañado por las mujeres españolas en el proceso migratorio y cuestionar la reducción de su participación como “emigración de acompañamiento” que le era asignada (p. 23).

Por su parte, Fernanda Bravo Herrera estudia, a partir de dos casos de estudio, el contexto en el que las mujeres migrantes pudieron construir espacios de poder después de la consolidación del modelo patriarcal en la sociedad argentina. La autora utiliza una amplia variedad de fuentes, combinando archivos institucionales con documentos privados. Las dos mujeres estudiadas presentan algunos rasgos comunes como el hecho de haber emigrado jóvenes, su inserción en la comunidad vasca argentina tras haberse casado, la residencia en el ámbito rural y el hecho de haber enviudado. En un contexto legislativo de subordinación hacia el esposo, la independencia social y económica que brindaba la viudez a las mujeres en las sociedades patriarcales puede ser entendido como el “estado ideal” para contar con autonomía (p. 75). Los casos analizados por Bravo Herrera permiten comprender el rol que desempeñaron estas dos mujeres ante la pérdida del jefe de familia y la exitosa administración que han tenido de sus respectivas propiedades rurales, ampliando el patrimonio heredado y legándolo a sus respectivos hijos.

El tercer y cuarto artículo exponen el impacto que tuvo la Guerra Civil española en Argentina. En ambas investigaciones las fuentes principales utilizadas son periódicos editados por la comunidad española en Buenos Aires. Alejandra Ferreyra analiza los pormenores del rol social que han desempeñado las mujeres españolas emigradas. El estudio de determinados periódicos que apoyaron a la sublevación militar le permite a la autora afirmar que la participación y movilización de las españolas residentes en Argentina era mayor al rol que habían desempeñado en el asociacionismo migrante previo al estallido de la guerra. La construcción de un ideal de feminidad durante el conflicto bélico se desarrolló por oposición a los hombres y a las mujeres que actuaban en las milicias republicanas, al punto de pensar esa participación como un elemento extranjero (p. 131). Las fotografías de la prensa que apoyaron al golpe reforzaron la imagen de la mujer abocada a tareas de socorro y cuidado —aunque limitadas a ámbitos donde no se desarrollaba el conflicto. Finalizada la guerra, estos periódicos contribuyeron a la reconfiguración del rol de la mujer. A partir de ese momento, la mujer debía retornar al hogar y limitarse a los quehaceres familiares, adhiriéndose a la despolitización que promovió el nuevo Estado español para toda la sociedad (p. 142).

Nadia De Cristóforis analiza las representaciones que emergieron en el periódico vasco Euzko Deya durante la posguerra. Tras un detallado análisis de los primeros números, la autora sostiene que en un comienzo la mujer aparece de forma indirecta a partir de la cita de discursos realizados en actos públicos. Posteriormente, y de forma paulatina, las mujeres elaboraron artículos, posicionándolas como “productoras de discursos” (p. 170). Incluso el periódico llegó a incorporar mujeres colaboradoras de forma estable. Si bien es preciso afirmar que las mujeres desempeñaron un rol acotado respecto a los hombres. De Cristóforis demuestra que su participación en Euzko Deya se dio de forma progresiva. Si en un comienzo las mujeres vascas eran mostradas como acompañantes de los varones, al cabo de algunas publicaciones fueron representadas desde la multiplicidad de roles de asistencia que desempeñaron en la comunidad, hasta lograr incorporar sus poesías y narraciones referidas a la nacionalidad vasca (p. 176). Por este motivo es que una ulterior investigación que incorpore las sucesivas etapas de este periódico permitiría analizar el grado de participación que han desempeñado las mujeres vascas de la Argentina en la prensa comunitaria.

El quinto y sexto artículo estudian el rol social de las mujeres migrantes en el sur del conurbano bonaerense a mediados del siglo pasado, a partir del estudio de casos disímiles. Denise Ganza analiza la trayectoria de dos mujeres casadas con destacados empresarios textiles de Valentín Alsina durante el periodo de entreguerras. Si bien ambas mujeres tuvieron un lugar de origen y una trayectoria diferente, la autora demuestra que desempeñaron roles familiares y comunitarios similares. La maternidad social queda en evidencia al comprender la participación comunitaria que ejercieron estas mujeres —a pesar de que una de ellas no tuvo descendencia. Ganza demuestra que las dos mujeres tuvieron la función de establecer vínculos con el entorno comunitario, ya que ambas empresas textiles —Campomar y Giardino— llevaron adelante actos benéficos y donaciones. Amparadas en el ideario católico, estas dos mujeres fueron las que impulsaron sus respetivos vínculos familiares con la sociedad cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina (pp. 214-215).

Celeste Castiglione analiza dos casos de mujeres españolas que residieron en Argentina y el vínculo que establecieron con su país de origen durante la segunda posguerra. Para ambas experiencias, la autora recurre a las fuentes epistolares, permitiéndole identificar algunas problemáticas propias de las mujeres migrantes. Al mismo tiempo pone en evidencia el impacto que tuvo la migración en las relaciones familiares que se sostuvieron a la distancia. Si bien ambas mujeres tenían una vinculación familiar —eran cuñadas— la migración les atravesó de forma diferente. Desde España, la primera entabló relación con su hermano emigrado a Argentina, más precisamente a la localidad de Sarandí. En el análisis de sus cartas queda evidenciado que fue ella quien se preocupó por mantener el vínculo. La segunda mujer —esposa del hermano de la primera— es una española migrada a Argentina que estableció una relación epistolar con parte de su familia que aún residía en España ante el fallecimiento de su padre. Con este análisis Castiglione logra ir desentrañando algunos aspectos de la complejidad y diversidad de problemáticas subyacentes en el ámbito privado de las migrantes (p. 255).

En el séptimo y último artículo María José Fernández Vicente estudia, a partir del análisis de cartas y entrevistas, el rol que desempeñaron las emociones en las mujeres migrantes durante la segunda posguerra. Aquí la autora se propone abordar dos aspectos poco integrados en los estudios migratorios: las experiencias de los migrantes y la cuestión de género. Bajo esta premisa, la dimensión emocional y la migratoria ponen en relieve algunos de los roles sociales que desempeñaron las mujeres. Vicente Fernández entiende que las emociones no solo son el resultado de las experiencias vivenciales, sino que actuaron como mecanismos de acción. En determinados casos, las emociones que atravesaron a las mujeres durante la migración condujeron a la reagrupación familiar o a una mejor calidad de vida. Por otra parte, el estudio de las emociones cuestiona el “racionalismo económico” de las teorías migratorias (p. 288). En muchos casos, la migración les permitió a las mujeres desvincularse de las obligaciones familiares y sociales, como por ejemplo la imposición cultural de cuidar a sus padres en la ancianidad.

En líneas generales, si bien las autoras han elaborado en su conjunto una obra de estricto rigor académico, a partir de la metodología empleada en sus investigaciones, la incorporación de bibliografía específica, el estilo de escritura y los casos de estudio seleccionados,también le confieren a este libro el carácter de ser —al mismo tiempo— una iniciativa que contribuye a la complejización del tema en los estudios migratorios y a su divulgación en públicos más amplios.

A modo de cierre, es posible afirmar que esta obra contribuye a repensar la experiencia migratoria más allá de las motivaciones económicas y la racionalidad. El estudio de las mujeres migrantes, a partir de las experiencias familiares y la participación en ámbitos públicos, pone en relieve destacados itinerarios que durante un largo periodo estuvieron invisibilizados en la academia. Entre muchas otras trayectorias que las autoras han identificado en los casos seleccionados, cobran relieve la motivación de las mujeres de migrar para incorporarse a una sociedad más abierta, la participación activa ante organismos oficiales para reclamar sus derechos, la representación familiar ante el resto de la sociedad, la administración de los bienes familiares en caso de viudez, o el emprendimiento de iniciativas colectivas, como la participación en el asociacionismo y la prensa comunitaria. Por tal motivo, este libro es una muestra de que los estudios sobre migraciones y género permiten deconstruir los presupuestos impuestos por las representaciones culturales hegemónicas que difundieron una imagen estereotipada de las mujeres durante los siglos XIX y XX.