Migraciones [2024] [ISSN 2341-0833]
DOI: https://doi.org/10.14422/mig.2024.019
Participación política, coaliciones de discurso y relaciones intergrupales en espacios diversos. El caso del barrio San Francisco en Bilbao

Political Participation, Discourse Coalitions and Intergroup Relations in Diverse Spaces: The Case of the San Francisco Neighbourhood in Bilbao
Autores
Resumen

En este artículo se analizan las dinámicas de participación política en el barrio de San Francisco de Bilbao, un barrio multicultural céntrico con una alta presencia de movimientos sociales y organizaciones del tercer sector. A través de la metodología de estudio de caso y usando múltiples fuentes de información, se analizan las coaliciones de discurso y las alianzas entre diferentes agentes generadas en la esfera pública barrial en las últimas dos décadas. Los resultados muestran que la presencia de un entramado asociativo antirracista en el barrio ha condicionado el debate político y las políticas municipales y ha contribuido a la contención de los discursos de corte xenófobo. Las dinámicas políticas han generado además diferentes alianzas intergrupales que pueden contribuir a una mayor cohesión social.

The article analyses the dynamics of political participation in the San Francisco neighbourhood of Bilbao, a centric multicultural neighbourhood with a high presence of social movements and third-sector organizations, through a case study methodology and using multiple sources of information, we examine the coalitions of discourse and alliances between different actors generated in the neighbourhood public sphere over the last two decades. The results show that the presence of an anti-racist associative network in the neighbourhood has influenced political debate and municipal policies and has contributed to containing xenophobic discourses. Political dynamics have also generated various intergroup alliances that can contribute to greater social cohesion.

Key words

Barrios multiculturales; batalla cultural; capital social; movimientos sociales

Multicultural neighbourhoods; culture wars; social capital; social movements

Fechas
Recibido: 06/05/2024. Aceptado: 08/10/2024

1. Introducción

Los procesos migratorios y las transformaciones urbanas y sociales que han tenido lugar en las últimas décadas han favorecido la configuración de espacios con altos niveles de diversidad en muchas ciudades europeas. En este contexto, ha surgido un interés por lo que, en ocasiones, se ha denominado convivencia multicultural o relaciones vecinales multiculturales; un conjunto de fenómenos que ha sido objeto de debate académico desde diferentes perspectivas teóricas y con diversos abordajes metodológicos.

Algunos de los estudios realizados en los últimos años han adoptado una perspectiva barrial (Kearns y Parkinson, 2001) tratando de abordar las transformaciones urbanas desde una visión holística, centrada en el barrio como espacio en el que se desarrolla la vida, y teniendo en cuenta la multiplicidad de agentes y las relaciones que se dan entre los mismos. Paralelamente, se han estudiado también las especificidades de las dinámicas políticas relacionadas con la multiculturalidad en el ámbito local.

En el ámbito de los discursos y las prácticas institucionales se ha detectado una tendencia a que tanto las prácticas como los discursos políticos en el nivel local sean más integradoras de la diversidad que las que se dan en niveles superiores como el estatal. Además, el ámbito local es más propenso a que existan mecanismos de participación cívico-política, lo que también se ha relacionado con una mayor tendencia al establecimiento de relaciones intergrupales (Collins et al., 2014) que pueden favorecer una convivencia más armónica.

En este artículo se estudian las dinámicas de participación política que han tenido lugar en las dos últimas décadas en el barrio de San Francisco en Bilbao y los efectos que han tenido estas dinámicas en el terreno de la generación de discursos, lo que podríamos denominar batalla cultural local, y en el terreno de las relaciones intergrupales. El estudio se ha realizado desde una perspectiva barrial identificando los diferentes agentes, analizando los discursos y las estrategias de dichos agentes, e investigando las alianzas intergrupales a las que han dado lugar.

El barrio de San Francisco de Bilbao es singular por diferentes motivos. En primer lugar, es un barrio multicultural céntrico en el que aproximadamente el cuarenta por ciento de las personas residentes es de origen extranjero y que en las últimas décadas ha estado sometido a procesos de gentrificación parciales. No se ha producido una regeneración urbanística completa y el barrio presenta altas tasas de desempleo y de pobreza.

Tampoco se ha producido un proceso de sustitución de la población más desfavorecida. Es de destacar además que San Francisco constituye un punto de llegada de las migraciones, de manera que una parte de la población extranjera es población recién llegada sin un arraigo sustancial en el barrio. El caso presenta interés, además, por la presencia de un entramado asociativo con planteamientos explícitamente antirracistas que ha tenido una actuación consistente en la esfera pública a lo largo de las últimas décadas.

2. Marco teórico: barrios diversos, batalla cultural y participación política

El estudio de las dinámicas multiculturales en el nivel barrial aporta cierta ventaja epistemológica respecto a otros niveles de análisis, ya que permite estudiar la convivencia multicultural (Giménez, 2009) en el marco de las relaciones vecinales; de manera que se establezca una conexión con la vida cotidiana de las personas, con las redes de relaciones (el denominado capital social), con el espacio vivido, y con las dinámicas de participación en el vecindario (Torres y Gómez, 2022).

La emergencia de lo que se han denominado barrios multiculturales, entendidos como segmentos del espacio urbano habitados por una población diversa en lo étnico, religioso, lingüístico o nacional, se ha relacionado con transformaciones importantes en las ciudades: aparición de nuevas dinámicas de exclusión y discriminación, cambios en los usos del espacio público, o aparición de una nueva oferta comercial, entre otras cosas. También se producen cambios importantes en la percepción sobre el barrio y en los imaginarios colectivos sobre el mismo (Pérez-Agote et al., 2010). Todo ello puede dar lugar a tensiones en la convivencia y a la emergencia de un debate político sobre las migraciones, la diversidad, sus efectos y las formas de gestionarla que podría categorizarse como una forma de batalla cultural local (Sharp, 1999).

El debate sobre la diversidad suele presentar en el nivel local características diferenciadas que responden a las especificidades de lo local y sus dinámicas. La participación de diferentes agentes del barrio (asociaciones de vecinos, comerciantes, movimientos sociales) puede condicionar el debate y la definición de las políticas públicas de manera más efectiva que en ámbitos de decisión superiores donde la posibilidad de participación es menor (Raco y Tasan-Kok, 2019). Se ha observado que las políticas de gestión de la diversidad en el ámbito local están menos sujetas a tensiones y muestran un carácter más integrador que en el ámbito nacional donde prevalece el debate en torno a los riesgos de la diversidad y el control de fronteras (Raco y Tasan-Kok, 2019).

Podríamos hablar, por lo tanto, de un frente local de la batalla cultural (Rosenthal, 2005) entendido éste como la pugna en el nivel local entre diferentes agentes que articulan discursos opuestos sobre la inmigración y la diversidad étnico-religiosa. Los discursos, entendidos como conjuntos de enunciados que otorgan significado a la práctica humana, no son sólo representaciones de la realidad; en tanto productores de realidad, inciden en la construcción de las diferencias étnicas, ya que tienen efectos en el nivel material, simbólico y físico (Hall, 2020). Los discursos pueden, a partir de divisiones parcialmente arbitrarias, construir socialmente los colectivos sobre los que hablan (Barba, 2020). También pueden funcionar como agregadores políticos de grupos o colectivos previamente diferenciados.

Desde las ciencias sociales existen diferentes conceptos que han tratado de dar cuenta de este proceso dialéctico entre agentes y discursos; desde la clase como construcción lingüística (Jones, 1989), hasta el pueblo como agregado simbólico de demandas parciales (Laclau, 2010), pasando por las denominadas coaliciones de discurso (Hajer, 1993). Todos ellos remiten a procesos de construcción de sujetos desde lo político, superando diferencias “objetivas” como la religión, el grupo étnico o la posición en el sistema productivo. El concepto coalición de discurso, particularmente, capta la capacidad de ciertos discursos para articular las estrategias de grupos diversos (Hajer, 1993) trazando un vínculo entre discurso y procesos de agregación social grupal. El discurso en su dimensión política puede tener, por lo tanto, efectos agregadores y movilizadores impulsando estrategias que favorecen el contacto intergrupal.

Estos procesos de agregación se ven facilitados en el nivel local, donde los grupos pueden tener un contacto más directo. La participación política en el ámbito local, entendida en un sentido amplio (militancia en partidos, asociacionismo, participación en movimientos sociales o en movilizaciones, etc.) tiene efectos en las relaciones intergrupales y puede dar lugar a dinámicas de agregación interesantes. A través de la participación política se puede generar contacto intergrupal deliberado que sería improbable en otras dinámicas sociales y que puede tejer lazos entre diferentes grupos contribuyendo a una mayor cohesión social (Powers y Webster, 2023) y a la creación de capital social, incluso en el caso de aquellas que tienen proyección transnacional (Portes el al., 2008).

Desde este punto de vista, la participación política podría servir para contrarrestar las dinámicas de desintegración de lazos sociales que, en diferentes estudios (Putnam, 2007; Dinesen et al., 2020), se han asociado al aumento de la diversidad1. En este sentido, los lazos intergrupales (el capital social puente) han sido identificados como una de las dimensiones clave para generar cohesión social (Granovetter, 1973), y, como apuntábamos anteriormente, la participación política favorece el contacto intergrupal. Además, el contacto que se genera en espacios de interacción ligados a la participación política genera vínculos que son más intensos que los que se dan en espacios públicos compartidos y más horizontales que los propios del mercado laboral, por lo que parecen tener unos mayores efectos en la reducción de los prejuicios raciales (Piekut y Valentine, 2017).

En el ámbito español la participación política de los migrantes se ha estudiado desde la dimensión de la participación electoral activa y pasiva (Bermúdez y Escrivá, 2016; Oso et al., 2021) y, sobre todo, desde la dimensión del asociacionismo inmigrante (Martín, 2004; Morell, 2005; Toral, 2010). A pesar de sus efectos positivos en la cohesión social y en la generación de relaciones intergrupales (Álvarez de los Mozos, 2010), el asociacionismo migrante en España ha aparecido a menudo recluido en lo que se ha denominado un campo político de sustitución (Martín, 2004) muy centrado en la temática migratoria, excluido de temas generales y con una importante dimensión de cooptación por parte de las autoridades públicas (Veredas, 2003).

La dependencia de la financiación pública, la escasa capacidad de representación de sus comunidades y unas políticas estatales que favorecen las organizaciones con carácter asistencialista han provocado que muchas de las organizaciones de personas migrantes no hayan sido capaces de constituir sociedad civil autónoma (Toral, 2010). En definitiva, los trabajos empíricos analizados parecen sugerir que las dinámicas de participación política en el nivel local tienen capacidad para moldear parcialmente la base discursivo-cultural y el entramado relacional sobre los que se construye la convivencia multicultural en los barrios.

3. Metodología

La metodología se ha basado en el estudio de caso (Yin, 2009) con el barrio como unidad de análisis (Kearns y Parkinson, 2001; Torres y Gómez, 2022). En este marco se ha estudiado la participación política vecinal desde una perspectiva holística, teniendo en cuenta los diferentes agentes, sus dinámicas de participación pública, y las alianzas y coaliciones de discurso que generan. Aunque a lo largo del texto nos vamos a referir al barrio como barrio de San Francisco, en realidad los procesos que se describen pueden enmarcarse de manera más rigurosa en lo que se denominan los tres Barrios Altos: San Francisco propiamente dicho y los barrios de Bilbao la Vieja y Zabala.

Se han utilizado múltiples fuentes de información y técnicas de triangulación (Torrance, 2012) para reconstruir la evolución de las dinámicas de participación vecinal de las últimas dos décadas: se han analizado noticias de prensa, los planes municipales, actas de reuniones, memorias de actividades, documentación de diferentes organizaciones que están activas en el barrio, cuentas de redes sociales y páginas web.

Además, se han realizado entrevistas semiestructuradas a informantes clave y a diferentes agentes del barrio; un total de 18 entrevistas en las que se han incluido a personas expertas en los procesos urbanísticos en marcha en el barrio, responsables de las políticas municipales, comerciantes autóctonos y extranjeros, miembros de organizaciones del tercer sector, representantes de colectivos de personas migrantes, colectivos religiosos, y vecinos y vecinas a título individual. Las entrevistas se realizaron durante el mes de abril de 2024 y se seleccionó a las personas entrevistadas en base a un mapeo de los agentes con presencia en la esfera pública del barrio, entendida ésta como todo el entramado de acciones y discursos con proyección pública tanto en los medios de comunicación tradicionales como en internet o en el propio espacio físico del barrio.

Código Perfil de la persona entrevistada
E1Representante de la asociación encargada de la planificación municipal
E2Representante de la asociación encargada de la planificación municipal
E3Educadora social intercultural
E4Educadora social intercultural
E5Participante en movimientos sociales y vecina del barrio
E6Representante de la mezquita, comerciante y vecino del barrio de origen marroquí
E7Comerciante y participante en movimientos sociales de origen angoleño
E8Vecino del barrio
E9Comerciante y vecino del barrio
E10Representante de la Coordinadora de Grupos y vecino del barrio
E11Investigador social, extrabajador de ONG y vecino del barrio
E12Investigador social y antiguo vecino del barrio
E13Comerciante, extrabajadora de ONG y vecina del barrio
E14Antigua vecina del barrio de origen italiano
E15Representante de la Asociación de Comerciantes y vecina del barrio
E16Representante del movimiento antirracista y vecino del barrio de origen senegalés
E17Representante de la asociación Sanfran Auzokideak y vecino del barrio
E18Participante en el movimiento feminista y vecina del barrio

La triangulación de la información se ha llevado a cabo mediante el uso de diversas fuentes documentales, como entrevistas, informes y notas de prensa, lo que ha permitido una validación cruzada de los datos. Las entrevistas aportan perspectivas directas de los actores implicados, mientras que los informes y manifiestos proporcionan un contexto institucional y datos relevantes. Por su parte, las noticias y notas de prensa complementan el análisis con información actualizada de los hechos. Al combinar estas fuentes, se busca asegurar una mayor precisión y riqueza en la interpretación de los datos, reduciendo el sesgo y aumentando la validez de los argumentos presentados.

A partir de toda esta información se han identificado tres grandes coaliciones de discurso mediante las que se puede ordenar el debate político sobre la diversidad en el barrio: el multiculturalista, el antirracista y el securitario, que se explicarán más adelante. Se han analizado también las relaciones que se han establecido entre los diferentes agentes en cada una de las coaliciones de discurso. El objetivo principal ha sido hacer una valoración de los efectos de las dinámicas de participación política en el barrio en términos de discursos, tratando de detectar las especificidades de los relatos dominantes; y en términos de conexiones y alianzas intergrupales a las que han dado lugar la articulación de diferentes políticas.

A nivel expositivo vamos a partir de los principales discursos o narrativas, definidos en términos de tipos-ideales, que se han generado en torno al barrio y la diversidad a lo largo de las últimas dos décadas. Por cada discurso se identifica una coalición de discurso compuesta por una serie de agentes que tejen alianzas entre ellos para llevar a cabo acciones concretas que pueden enmarcarse en una estrategia que presenta cierto grado de coherencia con el discurso propuesto. Este procedimiento expositivo no implica que exista una causalidad unidireccional desde el discurso político hacia las alianzas, las estrategias y las acciones concretas.

Entendemos que todos estos elementos se influyen mutuamente de forma compleja y que existen, además, contradicciones entre acción y discurso en algunos agentes, solapamientos en los discursos y ciertas divergencias respecto a los tipos ideales. También existen agentes que aparecen en varias coaliciones de discurso. Lo que se pretende es recoger las grandes líneas de las dinámicas de políticas del barrio en torno a la diversidad y proveer un marco interpretativo que resulte útil para comprenderlas.

4. Transformaciones urbanísticas, demográficas y debate político a lo largo de dos décadas

Antes de proceder al análisis de las diferentes coaliciones de discurso conviene hacer un repaso a las características urbanísticas del barrio, a su historia reciente y a las intensas transformaciones demográficas y sociales que han tenido lugar en el mismo en las últimas décadas.

4.1. De barrio obrero a barrio multicultural

Desde un punto de vista de morfología urbana, San Francisco es un barrio céntrico, pero con unas características espaciales que hacen que esté espacialmente segregado (De la Cal y Martínez, 2009); ya que se encuentra enclaustrado entre la trinchera del ferrocarril, la ría de Bilbao y las antiguas minas de Miribilla (actualmente un gran parque público). De esta manera, el barrio ha mantenido a lo largo de las últimas décadas un carácter claramente diferenciado tanto respecto al ensanche bilbaíno como respecto al Casco Viejo, del que le separa la ría del Nervión-Ibaizabal.

A nivel histórico, cabría destacar que San Francisco era hasta los años 70 un barrio obrero con una importante presencia de locales comerciales y de ocio (salas de fiesta, locales de alterne). En los 80, la crisis y la posterior reconversión industrial, y las inundaciones que sufre Bilbao en 1983, inician un proceso de degradación del barrio que se va a prolongar durante los años siguientes. Se produce una progresiva desaparición del comercio tradicional, la población se ve golpeada por el desempleo y el tráfico de heroína se implanta en el barrio. Todo ello va a dar lugar a un proceso de declive económico y urbanístico.

Este declive económico y urbanístico en el contexto de un Bilbao cuyo centro estaba experimentando una transformación urbana importante provoca que el barrio se sitúe como una de las zonas con vivienda más asequible, lo que va a inducir un proceso de cambio demográfico a través del cual la población obrera autóctona es parcialmente sustituida por minorías étnicas autóctonas (población gitana) y foráneas (especialmente población africana). El barrio se configura, así, como espacio multicultural. El deterioro de las condiciones de vida y las quejas vecinales hacen que, desde finales de los años 90, el Ayuntamiento plantee una serie de planes para rehabilitar y dinamizar económicamente el barrio basados en el modelo de los clústeres culturales (Gainza, 2017).

Se instalan equipamientos culturales como la sala de conciertos Bilborock o el centro artístico para jóvenes creadores Bilbao Arte. Aunque estas políticas favorecen la implantación de nuevos negocios orientados a un público con alto capital cultural y la llegada de residentes de clase media, el proceso de gentrificación que se ha producido en San Francisco desde finales de los noventa ha sido limitado y no ha tenido lugar una expulsión de la población más desfavorecida (Cavia et al., 2008; Gainza, 2017).

En las últimas décadas el barrio se ha consolidado, además, como punto de entrada para las migraciones provenientes de África y Latinoamérica debido a un mercado inmobiliario flexible, y se han asentado también muchos negocios regentados por personas extranjeras con clientelas coétnicas que han dado al barrio un aspecto diverso y han favorecido una intensa vida callejera. En 2020 había 16 497 personas empadronadas en los tres barrios, de las cuales 5367 (32,5%) eran de origen extranjero. En el barrio de San Francisco la población extranjera representaba en esa fecha un 39,3% del total (Ayuntamiento de Bilbao, 2020).

4.2. El barrio como espacio altamente politizado

A nivel político, San Francisco es un barrio en el que existe una importante presencia de movimientos sociales y entidades del tercer sector. Muchas asociaciones del tercer sector establecieron sus sedes en este barrio por dos motivos: porque los precios de alquiler son más bajos que en otros barrios céntricos de Bilbao, y porque, en algunos casos, las personas usuarias objetivo con quienes trabajan (drogodependientes o en situación de exclusión social) residen o hacen vida en el barrio (E1, E10, E11).

De alguna manera, la presencia de organizaciones sociales formales, con profesionales liberados y acceso a financiación pública permitió la institucionalización del movimiento vecinal y su sostenimiento en el tiempo (E10). Así, el movimiento vecinal, muy activo en los 80, confluyó progresivamente con diferentes organizaciones especializadas en problemas de exclusión social y drogodependencias, y con los movimientos sociales implantados en el barrio para dar lugar en los años 90 a la Coordinadora de Grupos (E10). Desde entonces esta agrupación de colectivos, asociaciones y entidades del tercer sector se ha mantenido activa en el barrio, dinamizando las relaciones vecinales y ejerciendo una acción política crítica hacia algunas actuaciones del Ayuntamiento.

La Coordinadora ha abogado desde su creación por una rehabilitación integral del barrio centrada en la mejora de la calidad de vida de las personas residentes y orientada por los valores de la solidaridad, el bien común y el respeto a las diferencias (Askunze, 2001). De hecho, los sucesivos planes de rehabilitación puestos en marcha por el Ayuntamiento de Bilbao pueden ser interpretados como una respuesta parcial a esta demanda generada en el vecindario y articulada a través de la Coordinadora.

Estos planes van a ser uno de los puntos de fricción principales entre Ayuntamiento y Coordinadora en los último 20 años. Los planes se insertan en un proceso más amplio de transformación urbana cuyo hito fundacional es la inauguración del museo Guggemheim Bilbao en 1997. El denominado como “efecto Guggemheim” (Plaza et al., 2009) se basaba en la idea de la dinamización económica de la ciudad aprovechando los efectos de arrastre económico de la implantación de una infraestructura cultural de referencia a nivel internacional. Este proceso de dinamización económica y urbanística a través de infraestructuras culturales se trató de poner en marcha a una escala más pequeña en el barrio de San Francisco (Gainza, 2017) con la implantación de infraestructuras como la sala de conciertos Bilborock o el centro Bilbao Arte.

Desde la coordinadora, se ha articulado desde entonces una oposición a la estrategia del Ayuntamiento por entender que se enmarca en una agenda gentrificadora que no responde a las necesidades del vecindario y que puede iniciar un proceso de especulación inmobiliaria que expulse a la población más desfavorecida (Ortiz, 2017). En cualquier caso, como se ha mencionado anteriormente, el proceso de gentrificación no se llega a completar. Aunque hay ciertas zonas del barrio que atraen a una nueva clase media caracterizada por un alto capital cultural y una baja renta (Gainza, 2017), no se produce un proceso de elitización ni una expulsión de la población más desfavorecida.

Esto puede deberse, entre otras cosas, a que en el barrio se han construido un número significativo de viviendas sociales, promovidas por la administración para hacer frente a los problemas de infravivienda que sufre el barrio (E2). A pesar de esto desde la Coordinadora se denuncia que la inversión pública en vivienda sigue siendo insuficiente y una parte de las viviendas siguen manteniendo condiciones de habitabilidad deficientes (E10). Por otro lado, el mercado inmobiliario sigue presentando un carácter flexible que otorga facilidad de arrendar habitaciones a las personas migrantes recién llegadas lo que favorece el funcionamiento como punto de llegada de diferentes colectivos (E2; E12).

A partir de 2011 puede identificarse cierto giro en la política de rehabilitación del barrio que tiene un punto de inflexión en la inserción de Bilbao en la Red Europea Intercultural Cities y la aprobación de una serie de planes municipales para la gestión de la diversidad (E12). Desde estos planes y desde la red europea se parte de la diversidad como un activo que puede ser puesto en valor. Aquí se fortalece la implementación de proyectos municipales que implican alianzas entre Ayuntamiento y algunos colectivos de personas migrantes o racializadas. Este giro va constituyendo y posicionando al Ayuntamiento en un discurso multiculturalista que analizaremos con más detalle en el siguiente epígrafe.

Además de la disputa en torno a la gentrificación del barrio, uno de los puntos de fricción más importantes entre Ayuntamiento y Coordinadora de las dos últimas décadas es el relacionado con la seguridad ciudadana y las actuaciones policiales (E13; E18). Un momento en el que este conflicto emerge de manera especial es la polémica en torno a la instalación de cámaras de seguridad en barrio que se dio en los años 2008 y 2009 (E13; E 16; E18). El Ayuntamiento instaló cámaras de seguridad como estrategia disuasoria frente a la comisión de delitos en la vía pública, a lo cual la Coordinadora respondió denunciando que la instalación de cámaras suponía una violación del derecho a la intimidad y que no iba a solucionar los problemas de inseguridad.

El conflicto en torno a la seguridad se ha manifestado en otros momentos con protestas ante ciertas actuaciones policiales. Desde la Coordinadora y desde organizaciones como el Movimiento Panafricano, la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente en Euskadi (CNAAE-Euskadi) o SOS Racismo se han denunciado en diferentes ocasiones excesos policiales, identificaciones racistas de la policía o la presencia excesiva de agentes del orden en las calles del barrio (E13; E16; E18)2. La cuarentena de la COVID-19 fue uno de los momentos en los que la presencia policial y los conflictos con algunos vecinos tuvieron un punto álgido con acusaciones mutuas entre las organizaciones antirracistas y el Ayuntamiento: mientras unos denunciaban los excesos policiales y la vulneración de derechos otros justificaban las actuaciones policiales en base a una supuesta falta de civismo por parte de los vecinos (E13; Andraka, 2020).

En el contexto de este debate en torno a la seguridad, en el año 2018 emerge en la esfera pública del barrio una asociación vecinal que denuncia situaciones de inseguridad relacionadas con los hurtos, agresiones y el tráfico de drogas, denominada Sanfran Auzokideak. Esta asociación surge al calor de una problemática de hurtos en una zona del barrio y pone en marcha algunas acciones de denuncia en las que relacionan las situaciones de inseguridad con el colectivo de jóvenes magrebíes (E13, E17). La asociación actúa sobre todo a través de denuncias y declaraciones en los medios de comunicación, consiguiendo atención mediática en momentos puntuales; como, por ejemplo, cuando denuncian incumplimientos en el confinamiento durante la pandemia de la COVID-19, cuando denuncian altercados callejeros tras la victoria de Marruecos en el mundial de fútbol, o cuando exigen seguridad en los medios tras un tiroteo que acabó con una persona muerta en el vecino barrio de Zabala3.

Además de estos agentes internos, el partido ultraderechista VOX ha realizado dos actos en el barrio de San francisco en los últimos años. La presencia del partido ultra, probablemente motivada por una búsqueda de la provocación que los situara en un lugar privilegiado de la agenda mediática, generó un rechazo importante en el barrio, especialmente el acto de abril de 2024 (E10, E18). Hay que tener en cuenta que el respaldo electoral de la extrema derecha es nulo en el barrio y muy bajo en el ecosistema político vasco, donde sólo obtiene representación política en las elecciones autonómicas por la provincia de Álava.

5. Participación política y coaliciones de discurso sobre la diversidad cultural

Se han identificado tres grandes discursos en los que se pueden agrupar los diferentes relatos parciales sobre el barrio y la diversidad: el multiculturalista, el antirracista y el securitario. Estos tres grandes discursos estarían definidos en términos típico-ideales, por lo que al analizar los discursos concretos de agentes concretos pueden existir matices que los diferencian del tipo ideal o ciertos solapamientos. Cada uno de estos discursos tiene diferentes agentes detrás, lo que se denomina una coalición de discurso; pero puede identificarse en cada uno de ellos un agente con una mayor capacidad de intervención pública y, por lo tanto, con una mayor capacidad de marcar el discurso: el Ayuntamiento en el caso del relato multicultural, la Coordinadora de grupos en el caso del discurso antirracista y la asociación de vecinos Sanfran Auzokideak en el caso del discurso securitario.

5.1. La coalición de discurso multiculturalista: Ayuntamiento, comerciantes, tercer sector y colectivos de migrantes

A partir de 2011, año en el que Bilbao se incorpora a la Red Europea de Ciudades Interculturales, el Ayuntamiento ha ido desplegando un discurso multicultural que define la diversidad como un activo que debe ser puesto en valor (Ayuntamiento de Bilbao, 2021b). Así el Plan Auzokizuna de 2016-2020 tiene en su segundo eje estratégico el objetivo de apoyar a la diversidad y busca “poner en valor la diversidad cultural existente en los barrios” (Ayuntamiento de Bilbao, 2016, p. 33). El discurso multicultural del Ayuntamiento ha venido acompañado de una serie de prácticas y de alianzas con grupos de personas migrantes o racializadas que presentan coherencia con este discurso, lo que evidentemente no descarta que otras prácticas puedan ser manifiestamente contrarias al respeto y la puesta en valor de la diversidad.

En el Plan Bilbao Ciudad Intercultural se crean, por ejemplo, dos organismos que pretender incorporar a colectivos migrantes y a minorías religiosas a la dinámica política municipal: el Consejo Local de la Inmigración y la Mesa de Participación de la Diversidad Religiosa. Estos dos organismos tratan de establecer líneas de colaboración y de financiación por parte del Ayuntamiento de algunas iniciativas constituidas por personas pertenecientes a minorías étnicas y religiosas. El Consejo Local de la Inmigración trata de promover la participación activa de colectivos de personas extranjeras en la formulación de políticas públicas y acciones de integración, facilitándoles financiación y generando redes con estos agentes.

En el caso de la Mesa Interreligiosa ha servido, entre otras cosas, para canalizar el conflicto entre el Ayuntamiento y varias comunidades religiosas, evangélicas y musulmanas por la regulación sobre la apertura de lugares de culto (Araluzea, 2016). También ha dado pie a la colaboración entre Ayuntamiento y comunidad musulmana; por ejemplo, en la financiación municipal de un comedor para el mes de Ramadán o la colaboración entre la mezquita y la policía para prevenir procesos de radicalización. Sin embargo, desde la comunidad musulmana muestran su descontento por las trabas administrativas que las instituciones les ponen para gestionar programas de intervención social. “Cómo somos asociación religiosa no podemos acceder a gestionar estos programas. Aquí existe esa distinción entre asociaciones que no existe por ejemplo en Estados Unidos y que dificulta nuestra participación en estas políticas” (E6).

El discurso de puesta en valor de la diversidad cultural se ha concretado también en acciones que implican alianzas con diferentes agentes económicos del barrio. Un ejemplo paradigmático puede ser la alianza existente con la cooperativa Koop SF34. Esta cooperativa que se define como una incubadora de micro-empresas de jóvenes de origen subsahariano, está desarrollando diferentes programas en colaboración con el Ayuntamiento y otras instituciones como la Diputación Foral de Bizkaia (E2; E7). El Ayuntamiento colabora financiándolo, alojándolo en un espacio de titularidad municipal e integrándolo en diferentes acciones municipales. La filosofía de Koop SF34 traza un lazo entre emprendizaje y diversidad que encaja perfectamente en la estrategia del consistorio.

La cara más visible de Koop SF34 es Georges Belinga, una persona racializada, de madre española y padre camerunés, que ha tenido una proyección pública importante apareciendo en medios de comunicación con diferentes personalidades políticas e incluso recibiendo el premio Fundación Novia Salcedo de manos del Rey de España. Esta persona encarna de alguna manera las potencialidades de la hibridación, que el discurso multiculturalista del Ayuntamiento reivindica.

Además de la puesta en valor de la diversidad, otro de los objetivos de los diferentes planes municipales ha sido promover la interculturalidad favoreciendo el contacto y el diálogo entre grupos culturalmente diferenciados (E3; E4). En este sentido, una iniciativa interesante dentro del Plan Zubirik 2021-2025 (Ayuntamiento de Bilbao, 2021a) ha sido la creación de un equipo de educadores/as de calle que tiene entre sus objetivos promover procesos de interculturalidad organizando actividades que generen vínculos entre diferentes comunidades.

Hay que decir que los programas del Ayuntamiento en las áreas que tienen que ver con la intervención social en general y con aspectos relacionados con las migraciones en particular se desarrollan en gran medida a través de asociaciones del tercer sector. Algunos de estos proyectos los desarrollan entidades que están también integradas en la Coordinadora (E1; E10). En muchas de estas organizaciones pueden solaparse los dos discursos que estamos exponiendo, el multiculturalista y el antirracista, aunque algunas de las organizaciones tienen posiciones más críticas respecto a las políticas institucionales que otras y denuncian más explícitamente el racismo institucional (E10; E18).

La asociación de comerciantes de San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala también tiene un discurso que puede situarse en la posición institucional del Ayuntamiento. Esta asociación que integra a comerciantes y empresariado de diferentes orígenes trata de organizar eventos y transmitir una imagen positiva del barrio como espacio con una oferta comercial diferenciada y una convivencia multicultural positiva. El colectivo comerciante, tanto autóctonos como migrante se alinean mayoritariamente con las políticas de seguridad ciudadana desplegadas desde el Ayuntamiento porque consideran que tanto las cámaras de vigilancia como la presencia policial pueden contribuir a combatir las potenciales tentativas delictivas que puedan darse en las calles del barrio (E6; E9; E13; E15). Sin embargo, este colectivo es muy crítico con el discurso securitario que transmite una imagen del barrio como espacio inseguro porque entienden que esa imagen puede deteriorar el potencial comercial del barrio, contribuyendo a su degradación (E15).

5.2. La coalición de discurso antirracista: movimientos sociales, tercer sector y colectivos racializados

Aunque el discurso antirracista está presente en diferentes organizaciones hemos escogido a la Coordinadora como el agente más representativo porque es el que más proyección pública y más trayectoria histórica tiene en el barrio y porque en ella participan personas de algunos de los colectivos antirracistas como el Movimiento Panafricano o SOS Racismo (E10; E16). Es probablemente la acción de estos colectivos lo que imprime a la Coordinadora un marcado carácter antirracista.

Como se apuntaba anteriormente, la Coordinadora está formada por diferentes organizaciones del tercer sector, asociaciones vecinales y movimientos sociales y ha hecho frente a la estrategia del consistorio oponiéndose al proceso de gentrificación, a los sistemas de videovigilancia, a los abusos policiales y a los discursos xenófobos. Desde esta posición se ha reclamado una mayor atención a las situaciones de pobreza y exclusión social de las que la delincuencia no sería más que un síntoma (E10). El abordaje de la diversidad que hace la Coordinadora es fundamentalmente para la denuncia de mecanismos de discriminación racial y de racismo institucional que operan en la sociedad y que generan situaciones de desigualdad que deterioran la calidad de vida de determinados colectivos racializados.

El abordaje de la discriminación racial se hace, además, desde una perspectiva que incluye dimensiones económicas que tienen que ver también con la clase social. Así la Coordinadora se ha movilizado contra determinadas actuaciones policiales, pero también frente a la gentrificación y la especulación inmobiliaria que dificulta el acceso a la vivienda y expulsa a la población más desfavorecida, o frente a la insuficiencia de servicios sociales para combatir la pobreza y la exclusión. Se percibe aquí un enfoque netamente interseccional que pone en relación el racismo con las dinámicas económicas ligadas a la clase social (E10).

El movimiento antirracista ha enfrentado también discursos que ahondaban en la culturalización de los conflictos caracterizando como racistas algunos planteamientos y declaraciones, tanto del Ayuntamiento de Bilbao como de la asociación de vecinos Sanfran Auzokideak (E10). Las polémicas por declaraciones de responsables municipales fueron más habituales durante el mandato del anterior alcalde, Iñaki Azkuna, y se han ido suavizando, coincidiendo también con el giro multiculturalista del Ayuntamiento.

Otra de las reivindicaciones clave de la Coordinadora en los últimos años que pone de manifiesto el carácter interseccional de sus planteamientos es la centralidad que ha adquirido en su seno el movimiento feminista, situando al proyecto Koloretxe como una de las líneas estratégicas de acción. Este proyecto, impulsado por el colectivo feminista Galtzagorri, pide la creación de una Casa de las Mujeres en el barrio que sirva como referencia para toda la ciudad de Bilbao (E10; E18). Galtzagorri se define como colectivo de mujeres diversas y es uno de los espacios de la Coordinadora en los que las mujeres migradas y racializadas tienen una participación más activa.

Aunque la Coordinadora aglutina diferentes colectivos entre los que se encuentran asociaciones de personas migrantes, la participación en las asambleas quincenales de personas extranjeras es reducida, lo cual desde la coordinadora achacan a que la dinámica de reuniones y debate de la asamblea se adapta mal a la realidad vital de este colectivo (E10, E18). Sin embargo, la Coordinadora impulsa diferentes actividades en las que sí que se produce participación de personas migrantes o racializadas. El ejemplo más claro es la fiesta “Arroces del Mundo” que se viene realizando anualmente desde el año 2004. Consiste en una fiesta intercultural, con concurso gastronómico y comida popular en la calle a la que acuden de manera masiva los habitantes del barrio. Muchos colectivos de migrantes toman parte en la organización del evento junto a organizaciones del tercer sector, y vecinos y vecinas del barrio, sirviendo de alguna manera como catalizador de un tejido asociativo y ciudadano que puede activarse posteriormente en otros momentos.

La pandemia de la COVID-19 fue otro de los momentos en los que esa red comunitaria se activó y se amplió (E9; E10). En ese momento, la Coordinadora impulsó una red de apoyo para el cuidado de personas y provisión de alimentos a través de los comercios del barrio en las que participaron muchas personas que no son activistas habituales de los movimientos sociales. El éxito de esta iniciativa ha planteado un debate en el seno de la Coordinadora que ha decidido caminar hacia un modelo organizativo en red, más flexible, que permita diferentes maneras de participar políticamente y que funcione de manera mucho más descentralizada (E10; E18).

A lo largo de las dos últimas décadas se percibe una evolución en las pautas de activismo de la población migrada y racializada en el barrio, desde una participación pasiva a través de organizaciones del tercer sector a una participación más activa creando sus propias organizaciones (E7; E10; E16). La relación más habitual entre las entidades del tercer sector que forman la Coordinadora y la población migrante ha sido la que liga a un proveedor de servicios de intervención social con una persona usuaria. Las personas migradas tienen un papel más bien pasivo en esta relación y se van desligando de las entidades a medida que consiguen estabilizar su situación a nivel residencial y laboral (E13).

Sin embargo, progresivamente algunas organizaciones han ido incorporando a personas migradas o racializadas en sus plantillas o en sus espacios de decisión (E16). Por otro lado, han surgido también colectivos de personas migrantes y racializadas que han tenido un papel más activo en las acciones de la Coordinadora integrándose incluso en las estructuras decisorias. Estas personas han servido como nexo de articulación entre la Coordinadora y algunos colectivos de personas migrantes y racializadas y han impulsado la introducción de estos colectivos en el debate político (E10; E16).

Todos estos procesos están relacionados con el desarrollo progresivo del movimiento de personas racializadas que también ha tenido su reflejo en el barrio con la aparición de colectivos como el Movimiento Panafricano o la CNNAE-Euskadi. El Movimiento Panafricano surge en el año 2014 en torno a la organización del Día de África que venían organizando entidades del tercer sector con la participación de personas de origen africano.

Desde el Movimiento Panafricano se entendió en ese momento que la organización del día de África estaba liderada por personas blancas y que el papel de las personas africanas estaba muy ligado a actividades estereotipadas como el canto o la música (E7; E16). Por ello, propusieron que la organización del evento fuera liderada por personas negras y afrodescendientes y que entre los actos se incluyeran también espacios para la reflexión política. Estos grupos de personas racializadas han ido adquiriendo una importancia creciente en la coalición de discurso antirracista, articulando una voz propia a nivel político, lo que en ciertos momentos ha generado tensiones con otros colectivos.

Una de las polémicas surgió a partir de una crítica del colectivo Xake de Bilbao La Vieja a la colaboración entre el Ayuntamiento y el colectivo de comunicación Kamanga, vinculado a Koop SF 34 (E10; E16). Xake denunció en un comunicado que el consistorio estaba utilizando a Kamanga para lavar su imagen; lo que provocó un comunicado de réplica por parte de CNAAE-Euskadi acusando a Xake de infantilizar a las personas racializadas. “Dentro del movimiento de personas racializadas también somos críticos con ciertas formas de colaboración con el ayuntamiento; pero pensamos que las expresiones que se utilizaban infantilizaban a los miembros de nuestro colectivo” (E16). El desarrollo del movimiento de personas racializadas sigue en marcha y actualmente diferentes colectivos organizan encuentros en espacios no mixtos para articularse políticamente, por lo que no puede descartarse que en el futuro este movimiento adquiera aún más protagonismo dentro de la coalición del discurso antirracista (E16).

5.3. El discurso securitario: Sanfran auzokideak y Ayuntamiento

Los planteamientos abiertamente xenófobos tienen poca presencia en el debate político público en el barrio. Sin embargo, existe un actor, la asociación de vecinos Sanfran Auzokideak que centra su discurso en los problemas de inseguridad del barrio y, en algunos momentos, ha contribuido a la culturización del conflicto. Sanfran Auzokideak entiende que el barrio es altamente inseguro y que el Ayuntamiento no hace lo suficiente por solucionar este problema de inseguridad (E17). Vinculan, además, la existencia de “colectivos problemáticos” con los intereses de algunas organizaciones del tercer sector que se benefician de su presencia en el barrio, porque trabajan en la atención de esos colectivos.

De alguna manera, la asociación Sanfran Auzokideak recoge el testigo de una asociación vecinal que estuvo activa en la década de los noventa, la Asociación de Vecinos Independiente, que surgió a consecuencia de los problemas de inseguridad generados por el tráfico y el consumo de heroína y que en ese momento llegó a provocar enfrentamientos violentos con población toxicómana y con miembros de la Asociación de Vecinos de San Francisco, antecedente de la Coordinadora (E10). La actuación de Sanfran Auzokideak ha sido mucho más contenida; no ha tenido presencia significativa en la calle y se ha limitado a poner denuncias ante la policía, a hacer declaraciones en medios y a tomar parte en algunos procesos participativos impulsados por el Ayuntamiento.

Como se apuntaba anteriormente, la asociación surge en torno a una problemática de hurtos en una calle concreta en la que suelen concentrarse jóvenes magrebíes en situación de indigencia (E2; E10; E17). Estos jóvenes suelen pasar el día en el barrio porque existe una comunidad coétnica (comunidad islámica y comerciantes magrebíes) que les proporciona cierta ayuda. El colectivo de jóvenes y menores magrebíes no acompañados es uno de los más estigmatizados en Bizkaia (Barba, 2021) y el tratamiento mediático y en redes sociales acabó contribuyendo a la estigmatización de este grupo.

Otro de los momentos en los que la actuación de la asociación tuvo más eco mediático fue con la denuncia de desórdenes públicos tras la victoria de Marruecos en un partido de fútbol del mundial de diciembre de 2022 (E17). Este tipo de denuncias tienden a asociar problemáticas a colectivos concretos contribuyendo a la culturización del conflicto y la estigmatización. A pesar de estas muestras de culturización del conflicto, el carácter explícitamente xenófobo de este discurso es limitado: “en el Barrio no hay un problema de convivencia, la convivencia multicultural es buena, lo que hay son problemas de delincuencia” (E17).

Desde la asociación se afirma que los vecinos que la integran no son en absoluto racistas, que lo que quieren es solucionar los problemas de inseguridad y que es precisamente la impunidad de los delincuentes lo que puede generar racismo y el crecimiento de partidos como VOX. Este discurso no ha logrado integrar una coalición con otros agentes de la esfera pública del barrio. El arraigo de la asociación entre los vecinos es limitado y la mayoría de los entrevistados se refieren a ella con recelo: “empezaron a poner en las redes sociales cosas raras” (E7). Por parte de los comerciantes ha habido una oposición al discurso de la asociación porque entienden que este tipo de acciones deterioran la imagen del barrio y contribuyen a ahuyentar la clientela de sus negocios.

Sí que se producen, sin embargo, convergencias discursivas con diferentes grupos políticos en diferentes momentos. Quizás el agente a nivel municipal que ha articulado un discurso más parecido al de Sanfran Auzokideak en los últimos años ha sido el grupo municipal del Partido Popular que en ciertos momentos ha centrado su estrategia de oposición en la caracterización de Bilbao como ciudad insegura. Pero no ha sido el único. A pesar de que el discurso oficial del Ayuntamiento ha tenido un giro multiculturalista en la última década, desde el propio equipo de gobierno, especialmente durante el mandato de Iñaki Azkuna, se han vertido declaraciones polémicas en torno a la seguridad que han sido denunciadas por el movimiento antirracista por contribuir a la estigmatización de los colectivos migrantes y racializados (E10).

Además, en el terreno de las políticas concretas, el Ayuntamiento ha implementado actuaciones en el barrio como un despliegue policial intenso o la instalación de cámaras de seguridad que entroncan también con el discurso securitario. En diferentes momentos se han denunciado una política racista de identificaciones por parte de la policía o, más recientemente, una actuación represiva contra el colectivo de manteros (E10, E16). Estas prácticas se alinean con la idea de que la presencia de personas racializadas en el espacio público es problemática.

6. Discusión

Los resultados parecen apuntar a que, en la batalla cultural local en torno a la diversidad, la convivencia y la seguridad, la emergencia de discursos explícitamente xenófobos ha sido muy limitada. El análisis de las coaliciones de discursos nos ha mostrado además que se han generado en el espacio político dinámicas de colaboración entre personas de diferentes grupos étnicos. Estos resultados se alinean en gran medida con la literatura existente sobre dinámicas políticas locales y diversidad.

En el plano discursivo, existen indicios que apuntan a que la presencia de un movimiento antirracista consolidado con estructuras híbridas, que integra estructuras basadas en el activismo con otras más profesionalizadas vinculadas al tercer sector, ha tenido un efecto de contención de los discursos explícitamente xenófobos y ha contribuido a la orientación multiculturalista de los discursos institucionales. Habría emergido, en ese sentido, un frente local de la batalla cultural (Rosenthal, 2005), en el que la correlación de fuerzas y los discursos imperantes muestran ciertas especificidades.

Esta contención del discurso xenófobo está relacionada también con las peculiaridades del sistema político vasco en el que la extrema derecha española tiene un carácter residual y un nulo arraigo social (Moraga, 2024). Esto puede percibirse en que incluso la asociación Sanfran Auzokideak, que en algunos aspectos tiene un discurso sobre la seguridad similar al de la extrema derecha, marca distancias y no quiere ser vinculada con VOX. Sin embargo, el ecosistema político vasco por sí mismo no bloquea la aparición de discursos xenófobos a nivel local de los cuales existen diferentes ejemplos, el más reciente el generado a partir de la apertura de un centro para menores extranjeros en la localidad de Sopuerta (Ferreira, 2024).

Respecto al discurso multicultural, en otros trabajos se ha apuntado que este tipo de discursos, al centrarse en la diversidad y tener, además, unas connotaciones consensuales, pueden contribuir a ocultar debates relacionados con la desigualdad económica y el racismo (Berrey, 2005). Este discurso ha sido acusado de esencializar las culturas y a presentar una visión homogénea de los grupos culturales (Baumann, 2001); de negar el carácter conflictual de las dinámicas sociales; y de aspirar a redefinir toda divergencia desde un punto de vista consensual (Maher, 2015); haciendo desaparecer, así, la clase social como categoría de análisis y de articulación política. Esto puede verse, por ejemplo, en el plan Bilbao Ciudad Intercultural donde se adopta una perspectiva de la interseccionalidad que incluye el grupo étnico y el género, pero no la clase social (Ayuntamiento de Bilbao, 2021b).

En el caso de San Francisco, el discurso antirracista ha ejercicio un papel agonístico (Hansen, 2020), confrontando el posicionamiento consensual de la posición multiculturalista del Ayuntamiento y denunciando tanto el racismo institucional como las desigualdades de clase. Este papel del discurso antirracista pone de manifiesto que el conflicto no sólo no es incompatible con la convivencia (Giménez, 2009) sino que, por el contrario, puede favorecer una convivencia más equitativa contribuyendo a la politización de problemas de desigualdad existentes.

Por otro lado, en la línea con lo que apuntan otros estudios (Giménez, 2015; Varda, 2011), la implantación de programas de intervención social parece haber tenido también efectos positivos en la convivencia y en la generación de vínculos intergrupales. La existencia de planes de rehabilitación específicos que se concretan en multitud de acciones y proyectos puede haber contribuido también a evitar problemas de convivencia, que suelen ser más habituales en los barrios periféricos con una menos inversión pública que en los céntricos (Torres et al., 2015)

Respecto a la generación de capital social puente o lazos intergrupales, la dinámica política en el barrio ha contribuido a la creación de estos vínculos gracias a la participación política formal, pero sobre todo informal, de muchos miembros de colectivos migrantes en las movilizaciones y actividades organizadas por la coordinadora (E10). Esto concuerda con los resultados de otros estudios (Álvarez de los Mozos, 2010; Piekut y Valentine, 2017; Powers y Webster, 2023).

Algunos autores han apuntado al riesgo de cooptación y de desactivación de las organizaciones de minorías étnicas que tienen las políticas multiculturales (Downing, 2015; Toral, 2010; Veredas, 2003). Esto puede tener efectos negativos al desarticular ciertas demandas relacionadas con las desigualdades económicas y el racismo. En el caso que nos ocupa puede observarse cómo la articulación política de un movimiento antirracista con estructuras híbrida, dentro y fuera del estado, que aborda, además, la dimensión de clase, ha generado acciones que contienen, o al menos hacen públicos, esos potenciales procesos de cooptación.

Por otro lado, tanto en la coalición de discurso multiculturalista como en la antirracista se ha producido durante estas dos décadas un progresivo proceso de activación de las personas migrantes y racializadas que puede contribuir también a que las dinámicas políticas sean más democráticas e integradoras. Nuestro trabajo de campo parece sugerir que la activación inicial en el terreno político se produce a través del contacto con organizaciones formales e informales autóctonas y con el Estado; pero que posteriormente existe una progresiva autonomización de los movimientos de personas racializadas (inmigrantes o no).

Además, cabe plantear también que nuestra aproximación al trabajo de campo y los sesgos etnocéntricos a la hora de entender lo político desde lo institucional u organizacional, hayan invisibilizado procesos de movilización política de personas migrantes que no encajen en este marco. En cualquier caso, la incipiente autonomización en la participación política de las personas migradas concuerda con los resultados de otros estudios recientes (Bermúdez y Escrivá, 2016; Ferrás y Martín, 2019).

Respecto a los efectos del covid podríamos decir que han sido ambivalentes. Por un lado, como recogen otros estudios (Oso et al., 2021) se produjo un aumento de las tensiones y de la estigmatización de la población extranjera. Sin embargo, también se produjo una extensión de las dinámicas políticas y se generaron redes de activismo y solidaridad en las que participó tanto población autóctona como de origen extranjero.

Respecto a la política del Ayuntamiento merece la pena hacer dos apuntes. En primer lugar, aunque hemos interpretado al Ayuntamiento como un agente, cabría caracterizarlo también en términos de relación social (Jessop, 2018). Desde este punto de vista se podría interpretar su evolución como una progresiva cristalización de las luchas políticas, en este caso, como una cristalización de la interacción entre las posiciones antirracistas, securitarias y el enfoque neoliberal de la diversidad como activo.

En segundo lugar, en la evolución del compromiso multiculturalista de las instituciones existe una discrepancia significativa con la evolución en otros países. Mientras que en países que tenían mecanismos de representación multicultural muy desarrollados la crisis de 2008 marca un punto de inflexión a partir del cual se empieza a dar marcha atrás en algunos aspectos (Saeys et al., 2019), en el caso de Bilbao parece haber avances hacia un mayor reconocimiento de las minorías a partir de la segunda década del siglo XXI. Sin embargo, no se nos puede olvidar que la situación de partida en España es también de un desarrollo mucho menor de las políticas de reconocimiento de las minorías que en otros países desarrollados.

7. Conclusiones

En definitiva, las dinámicas vecinales de participación política que han tenido lugar en el barrio de San Francisco muestran cómo la participación puede ser una vía para articular relaciones intergrupales que contribuyan a la desculturización de los conflictos y al control de los discursos de corte xenófobo. Sin embargo, no se pueden deducir estos efectos positivos de la mera participación, ya que hemos visto que en el caso del barrio de San Francisco las dinámicas políticas han estado muy condicionadas por la existencia de un movimiento antirracista con una importante implantación.

El caso del barrio de San Francisco nos muestra, en este sentido, que las dinámicas de conflicto político entre movimientos sociales e instituciones públicas pueden tener efectos positivos en los procesos sociales relacionados con las desigualdades étnicas y el racismo. En este sentido, la aportación más relevante de este trabajo es, quizás, el haber abordado las dinámicas políticas en torno a la diversidad desde un punto de vista barrial, integrando en el mismo análisis colectivos inmigrantes, de personas racializadas, de personas autóctonas y colectivos mixtos; y analizando las interacciones entre la generación de discursos y la creación de redes y capital social.

Aunque estas dinámicas políticas tengan cierta importancia conviene no sobreestimar las potencialidades de la participación política para crear lazos sociales intergrupales y reducir los prejuicios y el racismo. Hay que tener presente que cuando hablamos de participación política no dejamos de referirnos a dinámicas en las que participa un número muy reducido de personas y que tienen, en muchos casos, un carácter altamente volátil. Por lo tanto, la mera participación política difícilmente conducirá a una sociedad cohesionada y equitativa si en las grandes instituciones de articulación social como el mercado de trabajo, el mercado inmobiliario o el sistema educativo se siguen produciendo procesos de segregación y discriminación racial.

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