"Tamquam sponsus procedens de Thalamo suo"
(Ps. 18,6)
Palabras clave:
Cristo, Iglesia, Virgen María, Desposorios místicos, Encarnación, Mediación universalResumen
La relación entre Cristo y la Iglesia se presenta como un matrimonio místico, donde la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen María constituye el inicio de esta unión. Los Padres de la Iglesia interpretan el Salmo 18,6 como una referencia a Cristo saliendo del "tálamo" virginal, simbolizando la unión hipostática entre el Verbo y la humanidad, y el vínculo espiritual con la Iglesia. Este "tálamo" es el seno de María, donde se celebran los desposorios místicos. La tradición patrística y escolástica, desde San Agustín hasta Santo Tomás, subraya que la Virgen, al consentir en la Encarnación, representó a toda la humanidad en este matrimonio espiritual. La maternidad de María no solo abarca a Cristo físico, sino también al Cristo místico, es decir, la Iglesia. Por ello, su papel como Medianera universal de la gracia es directo, universal y necesario en la economía de la salvación.
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