Burundi se sumerge en el infierno

Abstract

En 1961 las primeras elecciones de Burundi parecían mostrar que las diferencias étnicas no tenían por qué ser un obstáculo para el futuro del país. Al contrario, la elección por mayoría aplastante del rey tutsi, Rwagasore IV, como presidente del entonces autónomo Burundi, era el presagio de un prometedor futuro para este pequeño país del corazón de África. Sin embargo, el asesinato del monarca unas semanas después de los comicios abrió la tapa de la caja de Pandora que dejó el país en manos de las rivalidades étnicas, sumergiéndolo en una espiral de violencia.