El mundo intelectual y simbólico del misionero orinoquense

Resumen

El artículo se acerca al mundo intelectual y simbólico de los misioneros jesuitas que llevaron a cabo el proyecto misional en las tradicionalmente denominadas Misiones de Casanare, Meta y Orinoco. Cuatro son los aspectos que se desarrollan: la formación universitaria, las lecturas, la producción historiográfica y el desarrollo de la literatura indígena.

Por su formación académica, los misioneros jesuitas, dominaban la cultura clásica y la asimilación de un humanismo nuevo. El objetivo final de su misión era la educación integral que se sintetizaba en tres dimensiones: virtud, sabiduría, y comportamiento social. La teología moral aparecía como lugar de encuentro entre la fe y las realidades sociales, mientras que los ejercicios espirituales eran el fundamento de aprendizaje y puesta en práctica de lo aprendido en la vida real, permitiendo el desarrollo de tres actitudes: flexibilidad, integración y gobierno. La temática de sus lecturas estaba fuertemente influenciada por los clásicos de la espiritualidad ignaciana y por las biografías de grandes miembros de la Compañía de Jesús. Además, entre sus lecturas, se encontraban libros de Teología y de Medicina.

En su producción historiográfica, antropológica y literaria se centraron en el otro orinoquense, tanto como objeto del estudio, como destinatario de este. La reflexión del misionero sobre su misión, su entorno humano y geográfico lo condujo al estudio de las lenguas y literaturas indígenas llegando a conocer sus universos míticos. Para generar los nuevos espacios simbólicos de la reducción y dotarlos de un sistema válido de valores y de actitudes, utilizaron la lengua como instrumento de cohesión y como vehículo para la comunicación. Finalmente aparecían dos retos casi utópicos: la educación y el progresivo cambio de mentalidad a través del uso religioso del tiempo detalladamente ritualizado.